miércoles, 7 de noviembre de 2012
¿Por qué lo llaman matrimonio cuando quieren decir…?
Por fin hubo dictamen del Constitucional acerca del matrimonio
homosexual o igualitario –término que prefieren utilizar los colectivos de gays
y lesbianas-. Solo han tardado siete
años, en los que se han celebrado 22.442 bodas, en dilucidar si aceptan o no el
controvertido término. Siete años en rechazar por abrumadora mayoría –todo hay
que decirlo- el recurso presentado por el PP. Por cierto, los pocos dirigentes
populares que apoyaban las uniones de personas del mismo sexo en igualdad de
condiciones no han tardado en sacar pecho con el anuncio de los magistrados. Se
trata, en definitiva, de un debate ideológico superado para la mayoría de la
sociedad. Cierto es que aún hay sectores recalcitrantes -no es ningún insulto-
que niegan la mayor, realizan descalificaciones y anuncian acciones contra esa
decisión, caso del Foro de la Familia. Intolerantes los ha habido y habrá
siempre.Estoy de acuerdo con el fallo del Constitucional y me alegro por los buenos
amigos –ellos lo saben- que pertenecen a esos colectivos y han vivido con
júbilo la noticia. Sin embargo, tengo que reconocer que no me gusta que se
emplee el mismo término que para las uniones entre heterosexuales. La
Constitución recoge en su artículo 32.1 que “el hombre y la mujer tienen
derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica”. Y no hablamos de
cualquier norma sino de nuestra Carta Magna.Por otra parte, el RAE, en esa misma línea, define al matrimonio como
la “unión de hombre y mujer concertado mediante determinados ritos o
formalidades legales”. Pese a todo, en su segunda acepción es donde está el
foco de la polémica. “En el catolicismo, sacramento por el cual el hombre y la
mujer se ligan perpetuamente con arreglo a las prescripciones de la Iglesia”.
Pensarán y con razón que con la Iglesia, que sigue anquilosada, hemos topado.
Pero en este caso, no solo la curia ha manifestado su posición contraria a esta
denominación sino un amplio porcentaje de quienes profesan –profesamos- esta confesión
cristiana.Convendrán, pues, que si en lugar de matrimonio se hubiera buscado otro término no se hubiera levantado el mismo revuelo. Y si es así, ¿por qué no se han parado un instante en crear un nuevo concepto? ¿Un palabro? Eso hubiera sido lo de menos teniendo en cuenta que a la RAE no le queda otra que ir aceptando el lenguaje que va calando en la sociedad. Siempre habría sido llevar el debate al terreno de la semántica que al ideológico. Y por supuesto, esos 40.000 contrayentes se habrían ahorrado una larga e inquietante espera de siete años.
viernes, 2 de noviembre de 2012
Pocos vuelos, pocas luces
Nada nuevo. El aeropuerto de San Pablo sigue en caída
libre en cuanto a pasajeros. Iberia, como antes hicieron otras compañías,
anuncia una reducción de conexiones con Sevilla, en este caso, desde Madrid.
Los profesionales del sector turístico, con el incansable Antonio Távora,
demandan una mayor oferta de vuelos y alertan del peligro de las low cost. Titulares que se repiten de
manera cíclica. Y si nos remontamos algo más atrás en el tiempo, podríamos
hablar del conflicto de los taxistas que cubren el trayecto entre la terminal
de pasajeros y el centro de la ciudad. Me refiero a los tristes episodios de
lunas de autobuses rotas a pedradas o a los enfrentamientos entre esos profesionales
del mismo gremio por monopolizar ese servicio.
El aeródromo de la cuarta ciudad española no ocupa, ni de
lejos, ese puesto en el ranking de aeropuertos de nuestro país. No solo en
volumen de pasajeros, compañías aéreas o conexiones nacionales e
internacionales. También en materia de transporte público es noticia por la
falta de alternativas al autobús, que se convierte en la única opción al taxi.
Si dejamos a un lado, por motivos obvios, Madrid y
Barcelona, que juegan en otra división -por Barajas y El Prat transitan unos 90
millones de pasajeros al año-, el aeropuerto de Manises (Valencia), con cifras
similares a San Pablo, dispone de Metro, y el de Málaga cuenta con un servicio
de Cercanías así como varias líneas de buses.
Por todo ello, resulta extraño que el aeropuerto
sevillano no ofrezca a sus usuarios una mayor oferta de transporte público,
sobretodo, teniendo en cuenta que está situado a tan solo 10 Km. al nordeste de la
capital, como subraya AENA en su página web. Y si no, que se lo pregunten a los
vecinos de Alcosa, que saludan a la tripulación desde sus balcones. Ítem más, con un poco de suerte, y como se dice
coloquialmente, si coges dos semáforos en verde en Kansas City, te plantas en Santa Justa en
un santiamén.
En esta coyuntura económica, en la que las inversiones se
han reducido casi al mínimo o, sencillamente, han sido borradas de los
presupuestos, es fácil echar la culpa de la falta de infraestructuras a la
crisis. Pero… ¿y antes? ¿Nadie ha reparado en lo cerca que se encuentra el
aeropuerto del trazado ferroviario que discurre casi en paralelo a la autovía?
Y no me refiero necesariamente a una conexión vía AVE entre ambas terminales. ¿Qué
ciudad no querría tener conectado aeropuerto y Palacio de Congresos? Y
más aún cuando, por fin, éste (Fibes) dispone de capacidad para apostar de manera firme
y decidida por este tipo de turismo y una estación de Cercanías justo a su
lado.
Con la que está cayendo y la dependencia que tiene la
ciudad de este sector, bien harían los políticos en dar respuestas a estos
problemas. Para llenar hoteles, restaurantes, museos y, en definitiva,
reactivar el consumo, es necesario que vengan turistas, pero si antes de poner
los pies en tierra ya se van encontrando piedrecitas en el camino…
Es una lástima porque desde el 92 -gracias a la
Exposición Universal- Sevilla tiene, de la mano de Rafael Moneo, una moderna y
extraordinaria terminal que no se corresponde con la utilidad que unos y otros
le vienen dando. Al menos, eso sí hay que reconocerlo, desde este aeropuerto
despegan aviones.
martes, 9 de octubre de 2012
Una precuaresma anticipada
Ni las designaciones del pregonero y del cartelista de la Semana Santa ni la habitual serpiente otoñal de la hermandad lasaliana y su encaje
¿definitivo? en la nómina del Domingo de Resurrección. Nada de eso provocará tanto eco de aquí a marzo como el anuncio hoy del arzobispo de Sevilla. El cariz que estaba
tomando la propuesta de La Misión de ir a la Catedral “sin pasar por la casilla
de salida de este peculiar Monopoly –Carrera oficial- y cobrar cada vez que se
completa una vuelta al tablero” (Javier Rubio, en su columna de hoy en ABC) también ha dejado de ser noticia en la prensa morada. La precuaresma inicia este martes
su cuenta atrás con la propuesta de monseñor Asenjo de realizar un viacrucis con 14
imágenes de nuestras hermandades a lo largo y ancho de la Avenida de la
Constitución, y una procesión extraordinaria de la Virgen de los Reyes. El
motivo: la conmemoración en 2013 del año de la Fe decretado por la Iglesia. El
debate, por tanto, está servido. A partir de ahora, quinielas y más quinielas
en un intento de acertar esas 14 advocaciones. Si ya eran frecuentes para el viacrucis
del primer lunes de Cuaresma… Eso sí, Palacio propone y dispone aunque el tema de la designaciones –auténtica patata caliente-
queda para el Consejo.
Imagino que ahora las hermandades empezarán a llamar a la
puerta de San Gregorio para ponerse a disposición del Arzobispado a la hora de celebrar esta importante efeméride. Dicho de otro
modo: contad con nosotros. Claro, en
este caso no hay desplazamiento a Madrid ni un importante desembolso económico.
Sí, irían en andas y sin música, pero ¿qué hermandad no querría ese privilegio?
De todos modos, menuda papeleta de sitio para Adolfo Arenas.
¿Contarán de nuevo con el Señor de las Tres Caídas de Triana o pasarán factura? ¿Qué ocurriría si aquellas imágenes con más tirón
devocional van declinando, una a una, esa invitación? Puede pasar a tenor de la
experiencia de la JMJ. Por otro lado, ¿cuál será el criterio que esgrimirá el
Consejo para designar esas hermandades? ¿Se aceptarán sugerencias de Palacio? En
este sentido, una talla de Lastrucci que pertenece a una hermandad del Miércoles
Santo sí parece segura; no diré más.
Por cierto, un último interrogante: ¿por qué el Año de
la Fe es motivo más que suficiente para sendas procesiones extraordinarias y no
lo es conmemorar, por ejemplo, cinco siglos de vida de una hermandad sacramental? Será que
esta vez la idea parte directamente de la plaza Virgen de los Reyes… Y que
conste que no soy partidario de sacar pasos para celebrar el 17 aniversario de
la donación de un pañuelo para la Virgen;
que se cumplen dos décadas de la adquisición de unas andas o 25 años de la primera puntada en el
manto de salida… Ahí quedó.
jueves, 4 de octubre de 2012
¿Ineficacia o deliberación?
Un día cualquiera de octubre llaman a mi puerta y me entregan
una notificación de embargo emitida por la Agencia Tributaria de Sevilla.
¿Embargo? ¿Por qué? Son las dos primeras preguntas que vienen a mi mente pues
con anterioridad no había recibido aviso alguno que me apercibiera de sanción.
La perplejidad de ese primer momento continúa al leer la carta puesto que no
aparece ni el motivo de la denuncia ni la fecha de esa hipotética falta; tan
solo un número de expediente y la cantidad embargada, que en este caso es lo de
menos. No queda ahí la cosa puesto que este Ayuntamiento nuestro me reclama
intereses, costas y recargos por haber expirado el plazo establecido para el
pago. Pienso: ¿una multa? ¿Será un nuevo impuesto municipal? ¿La contribución
no se paga entre octubre y noviembre? Demasiados interrogantes…
Esa situación de asombro da paso a un estado de escepticismo
cuando compruebo que en el sobre –con letra muy pequeña- se puede leer: “Notificación
informatizada. Tercer intento buzón”. ¿Tercer intento? ¿Hubo dos anteriores? Si
me han entregado en mano esta carta certificada, ¿por qué no hicieron lo mismo
en su momento? Ítem más, estoy censado en mi actual domicilio desde hace más de
un año, luego el cambio de dirección no es una excusa y el nombre incorrecto
tampoco para esos fallidos intentos.
De este modo pasamos a un nuevo estadio: indignación. No en
vano, me privan de mi derecho legítimo de recurrir en su día la multa de
tráfico –obtengo esa información en el banco- y, por ende, la posibilidad de
que fuera estimado el escrito de alegaciones y archivado el expediente. Pero si
hubiera decidido abonarla en su momento y olvidarme de recursos, tampoco habría
obtenido la correspondiente reducción del importe por pronto pago.
Ante esta tesitura uno se plantea si es fruto de la
ineficacia del funcionario de turno en el Ayuntamiento –incluyo también a
empleados de Correos, por si acaso- o una estrategia deliberada de la Agencia
Tributaria. Tal y como está el patio y con la que está cayendo uno no sabe qué
pensar. Sea como fuere, si no prospera el recurso que he presentado, ellos se
aseguran no solo el importe de la sanción –sin la citada reducción- sino los
intereses, costas y recargos. No creo que sirva para aliviar las paupérrimas
arcas públicas, pero desconozco cuántas personas se hallan o se hallarán en
esta situación de total indefensión jurídica. Nocturnidad no hubo, pero…
¿alevosía?
viernes, 14 de septiembre de 2012
Ad Calendas graecas
La Junta de Andalucía ha decidido aplazar sine die el
comienzo de las líneas 2, 3, y 4 del metro de Sevilla como consecuencia de los
recortes derivados de la crisis económica. Asunto hoy de portada –con diferentes enfoques como es lógico- en los principales medios de nuestra ciudad. Y bien, ¿dónde está la
noticia? Se trata del enésimo retraso en la ampliación de la red del suburbano.
Su actual trazado se corresponde, más bien, con un servicio de Cercanías Renfe,
que une, en este caso concreto, Mairena con la vecina localidad de Dos Hermanas.
Con las vicisitudes que surgieron con la línea 1, ¿veremos en esta década otro
recorrido? Por cierto, ¿qué ocurrirá con la SE-40? ¿Y con la SE-35? ¿Recuerdan la prometida
ampliación del museo de Bellas Artes? ¿Qué pasó con el nuevo pabellón anunciado
por el Ayuntamiento para albergar los partidos del mundial de baloncesto en
2014? ¿Dónde se ubicará finalmente la Ciudad de la Justicia? La feria de abril,
¿no la iban a trasladar al Charco de la Pava? Voy más allá, ¿cuándo se ubicará
junto al río la noria que se instaló en el Prado siguiendo el modelo turístico de
aquella otra (London Eye) que se
halla a orillas del Támesis? ¿Cuánto
tiempo más deberemos contemplar el obsoleto y ruinoso edificio de la Comisaría
de la Gavidia? ¿Se acuerdan de la conexión ferroviaria entre la terminal de San
Pablo y Santa Justa?..
Proyectos y más proyectos. Viejas promesas y anhelos que se
presentan a bombo y platillo y que terminan arrumbadas en el fondo de un cajón
y que, con suerte, alguien rescatará cuando soplen vientos electorales. Entonces,
darán a la idea unos matices para que pierda el olor a naftalina y vuelta a
empezar.
Por el contrario, otros proyectos que se concibieron en su
día como visiones de megalómanos sí se han plasmado, por desgracia, en la realidad y con nefastos
resultados en términos económicos, como es el caso del estadio de La
Cartuja. Una construcción faraónica que ha quedado para acoger un par de
macroconciertos al año y, de vez en cuando, un partido de la Copa Davis de
tenis. Hoy seguimos pagando intereses financieros.
Da igual si hablamos de una administración municipal,
autonómica, central o de todas a la vez, que es aún peor porque no suelen ponerse de acuerdo y solo buscan la confrontación. No importa si gobierna un partido u otro porque, visto lo
visto, es un mal endémico al que nos hemos acostumbrado por desgracia en esta
ciudad.
El último hito arquitectónico no pinta mal de partida. El
nuevo auditorio del Palacio de Congresos –obra de Vázquez Consuegra- merece la
pena en cuanto a diseño y capacidad. Ahora bien, el coste final se ha disparado
una barbaridad entre una cosa y otra. Como decía, recientemente, Carlota Muñoz
(@Carlotilla2) en su blog, toca aprovecharse de esta magnífica instalación
desde el punto de vista turístico y ya habrá tiempo de pasar la enorme factura
a sus responsables.
lunes, 10 de septiembre de 2012
Otra estación maldita
La antigua estación ferroviaria de Cádiz alberga desde hace
una década el mercado Puerta de la Carne como consecuencia del lamentable
estado que presentaba y presenta el edificio que Gómez Millán y Lupiáñez Gely proyectaron
en 1927. Por este motivo, ese nuevo emplazamiento, en su día, fue muy valorado
por muchos ciudadanos, pero siempre con un halo de provisionalidad –aunque todos
sabemos el verdadero significado que esta palabra tiene en nuestra ciudad. Sin
embargo, desde el obligado exilio de esos placeros, el vanguardista edificio
del mercado de abastos sigue abandonado a su suerte. La Unión Europea, por
aquel entonces, podía destinar fondos para su rehabilitación siempre y cuando
el inmueble siguiera conservando su primitivo uso. Hoy día, entre la desidia de
los munícipes que nos han gobernado y nos gobiernan y la falta de voluntad de
los placeros, el retorno al viejo edificio situado junto al puente de San Bernardo
se antoja una quimera, de modo que tenemos un histórico inmueble en ruina –como
tantos y tantos otros- y una antigua estación que podría tener mejores usos
después de apostar por su conservación.
Es obvio que los placeros no se encuentran del todo mal en
este enclave –provisional, no olvidemos- pero su ocupación allí impide otras
dotaciones para la ciudad. Es lógico, también, que la rehabilitación de ese
mercado, respetando el edificio en el que se asentaba, debería realizarse
acorde a los nuevos tiempos y estar sujeta a criterios de funcionalidad para mayor
comodidad de clientes y comerciantes.
Por otra parte, la estación de Cádiz podría acoger una
moderna instalación deportiva con una pista multiusos o piscina bajo su enorme y
férrea cubierta, así como gimnasios, pistas de pádel, salas de aeróbic y otras áreas
administrativas en las dependencias de su fachada principal y que otrora fueron
las zonas destinadas a venta de billetes, facturación de equipajes, consignas…
En definitiva, una decidida apuesta por el modelo adoptado en
la antigua estación de Córdoba en cuanto al fondo: respeto de la arquitectura
original en la medida de lo posible y nuevos usos en su interior. De este modo,
y de manera complementaria, la ciudad recuperaría dos importantes edificios;
los placeros contarían con modernos puestos y podrían ofrecer un mejor servicio,
y los vecinos de la Enramadilla, San Bernardo y del Prado contarían con mejores
equipamientos sociales. La antigua estación también podría albergar desde un colegio
o instituto a un centro de salud pasando por dependencias municipales e incluso
una biblioteca, tras el desafortunado intento de levantar una en El Prado de
San Sebastián. Seguro que ideas no faltan; ahora bien, de ahí a que alguna se
materialice dista bastante. En Sevilla y con lo que ha llovido, no tengo la
menor duda.
sábado, 28 de julio de 2012
¿Por qué una estación como la del Prado?
Hace unos días tuve la oportunidad de acercarme hasta la estación de Santa Justa para comprar unos billetes de AVE. Desde que uno entra por cualquiera de sus accesos principales, comprueba que está en una terminal moderna con un incesante tráfico ferroviario (12 vías) y de personas a través de su inmensa galería comercial; grandes firmas se han instalado allí. La limpieza, la tecnología aplicada en los sistemas de venta y de información así como los servicios de los que está dotada la estación son fruto, sin duda, de aquella Expo del 92, pero también de una demanda que sabe apreciar el buen funcionamiento -por qué no reconocerlo- de RENFE. Todo esto viene a cuento porque andando por ese enorme pasillo central en busca de esos billetes, vino a mi mente la imagen de otra estación que no tuvo ni tiene tanta suerte por parte de las administraciones: la estación de autobuses del Prado de San Sebastián, que se podría describir con los antónimos de los calificativos citados con anterioridad siendo muy benevolentes. Del siglo XXI viajamos a los albores del XX o finales del XIX.
Esta estación otorga al visitante la primera imagen de la ciudad -conviene recordarlo- y ésta no puede ser más lamentable. Dejando a un lado la actual coyuntura económica, ¿resulta tan descabellado buscar en un futuro más propicio otro emplazamiento más adecuado en una ciudad que -dicen- vive del turismo? Si la mayoría de los autobuses interurbanos entran por la A4 y continúan por la avenida Kansas City, ¿por qué no se construye una terminal próxima a la de Santa Justa y se crea un importante intercomunicador de transportes? Terreno para ello existe junto a la estación ferroviaria y a ambos lados, y ya metidos en harina, ¿por qué no confiar su diseño a un renombrado arquitecto para que sea un edificio funcional, vanguardista y del que hablen mucho y bien?
Además, con esta operación se beneficiarían otras estaciones: Plaza de Armas y la mencionada Prado de San Sebastián. La primera podría utilizarse exclusivamente para líneas que cubran trayectos de la provincia de Huelva y del Aljarafe sevillano, de manera que estaría más descongestionada y aumentaría así su oferta si fuera necesario. Por otra parte, una vez rehabilitada la estación del Prado -conservando su estilo arquitectónico- también podría seguir con uso al ubicarse en su interior los autobuses turísticos procedentes de otros países.
Esta estación otorga al visitante la primera imagen de la ciudad -conviene recordarlo- y ésta no puede ser más lamentable. Dejando a un lado la actual coyuntura económica, ¿resulta tan descabellado buscar en un futuro más propicio otro emplazamiento más adecuado en una ciudad que -dicen- vive del turismo? Si la mayoría de los autobuses interurbanos entran por la A4 y continúan por la avenida Kansas City, ¿por qué no se construye una terminal próxima a la de Santa Justa y se crea un importante intercomunicador de transportes? Terreno para ello existe junto a la estación ferroviaria y a ambos lados, y ya metidos en harina, ¿por qué no confiar su diseño a un renombrado arquitecto para que sea un edificio funcional, vanguardista y del que hablen mucho y bien?
Además, con esta operación se beneficiarían otras estaciones: Plaza de Armas y la mencionada Prado de San Sebastián. La primera podría utilizarse exclusivamente para líneas que cubran trayectos de la provincia de Huelva y del Aljarafe sevillano, de manera que estaría más descongestionada y aumentaría así su oferta si fuera necesario. Por otra parte, una vez rehabilitada la estación del Prado -conservando su estilo arquitectónico- también podría seguir con uso al ubicarse en su interior los autobuses turísticos procedentes de otros países.
viernes, 15 de junio de 2012
¿Por qué un Corpus excesivo?
La excesiva duración del cortejo del Corpus de Sevilla tiene una sencilla explicación viendo la procesión de principio a fin. Si nos preguntásemos cuál es la motivación que mueve a cada uno a participar en ella no encontraríamos más de tres o cuatro respuestas. Pero lo que no está tan claro es por qué no se realizan modificaciones para reducir el cortejo. Desde el primer niño carráncano de la Sacramental del Sagrario hasta el último policía militar que acompaña al escuadrón del ejército desfilan –nunca mejor dicho- miles de personas pertenecientes a diversos estamentos civiles y religiosos. Al margen de las hermandades, que copan buena parte de esa procesión, representaciones de colegios profesionales; políticos; músicos; policías uniformados de gala; seises, canónigos; sacerdotes; diáconos y militares forman parte de un nutrido y colorista cortejo. Solo un dato: este año la Custodia salió de la Catedral en torno a las 11 de la mañana, casi dos horas y media después de arrancar la procesión; de hecho, el primer paso –con la imagen de Sor Ángela (me suena mejor así)- ya había cruzado bajo el dintel de la Puerta de Palos en ese momento.
Admitamos, como no podía ser de otra manera, la hipótesis de quien participa por una cuestión de fe. No entremos en ese porcentaje. Demos por válida la premisa de que hay hermanos que por su avanzada edad no pueden salir de nazareno y ven en esta procesión una manera idónea de expresar públicamente ese sentimiento de hermandad. Incluso podemos aceptar la voluntad del hermano que viendo frustrada su estación de penitencia por culpa de la lluvia, quiera eliminar ese mal recuerdo.
El excesivo tiempo que emplea la procesión puede tener efectos muy negativos, entre ellos, una reducción paulatina de asistentes y, por ende, la pérdida de protagonismo de un día frente a la víspera. Y esto último sí es preocupante porque en el Corpus –conviene recordarlo- celebramos la presencia de Dios en las calles; lo demás es accesorio. Ahora bien, ¿cómo se podría recuperar la verdadera esencia del Corpus? La limitación en las representaciones de hermandades facilitaría un mejor desarrollo: el estandarte con cuatro varas y un determinado número de parejas. A veces, da la impresión de que contemplamos una pasarela de vanidades en la que no faltan los saludos. Item más, hay quien sale cirio en mano y al finalizar su recorrido se marcha ajeno a todo lo que viene detrás y con prisa por buscar al Señor de La Cena en su regreso a los Terceros. Otra opción podría ser la reorganización de la procesión, de modo que no hubiera tanta distancia entre los primeros pasos o, al menos, algunos tuvieran acompañamiento musical. La tradición no puede ser siempre un paraguas para refugiarse que, además, posibilita por omisión el anquilosamiento de una institución.
No obstante, si el número de participantes en la procesión se mantuviese o aumentase en años venideros, se podría cobrar una limosna de salida para Cáritas u otras obras sociales.
Por cierto, dejo una pregunta en el aire: si la Custodia efectuase el recorrido a través de un pasillo de luz formado por las interminables parejas de hermanos con cirio, ¿participarían más o menos personas en la procesión el siguiente año? Y hablando de paraguas, cierro el mío y me mojo sin ambages: menos.
miércoles, 6 de junio de 2012
¿Por qué un blog?
El porqué de un blog a estas alturas de mi vida no tiene una fácil respuesta. Al menos, eso pienso. ¿O quizá sí la tenga? Puede ser que me haga demasiadas preguntas en temas más o menos banales, del ámbito político, sobre todo, económico y social; de mayor o menor actualidad y casi siempre dentro de la esfera pública. En ocasiones, no encuentro respuesta a tanta incoherencia, en mi opinión, a tanta dejadez; a tanto despilfarro; a tanta ineficacia; a tanta tomadura de pelo a los ciudadanos. No me resigno a pensar que todo ello es fruto de la inaptitud de muchos y de la pasividad de casi todos. No pueden ser solo el infortunio y la torpeza de los dirigentes -sea cual sea el plano al que pertenecen: político, cultural, deportivo, religioso, etc.- los motivos que expliquen, en la mayoría de las ocasiones, el resultado de una nefasta gestión.
No digo que encontrar respuestas sea fácil, más si cabe cuando sólo tenemos una visión muy superficial y desconocemos, aunque podamos hacernos una lígera idea, cuántos y qué intereses se esconden detrás de cada asunto. Existen dos términos que no afloran a menudo en este tipo de hechos como son la eficacia -por cierto, se confunde más de lo debido con la eficiencia- y la lógica o el sentido común.
En cuanto a los temas, no pretendo reducir el espectro a un determinado ámbito, si bien es cierto que por conocimiento, mínimo si quieren, o por proximidad física, la Política -con mayúscula-, el día a día de mi ciudad (Sevilla) y las hermandades serán los más abordados. Todo ello sin distinción de colores ni dejándome llevar por personalismos. Sé que es una meta difícil, pero sólo el tiempo y los comentarios dirán si voy o no por la senda que he marcado.
Por último, intentaré desde mi atalaya ofrecer respuestas y sugerencias a la situación expuesta en la primera línea, expresando ora ideas propias ora comentarios con el sello correspondiente de su autor.
No existe, por mi parte, otra pretensión de dejar volar la imaginación y de intentar crear un foro de intercambio de opiniones y experiencias siempre desde el respeto mutuo.
Alfredo Guardia
Periodista
No digo que encontrar respuestas sea fácil, más si cabe cuando sólo tenemos una visión muy superficial y desconocemos, aunque podamos hacernos una lígera idea, cuántos y qué intereses se esconden detrás de cada asunto. Existen dos términos que no afloran a menudo en este tipo de hechos como son la eficacia -por cierto, se confunde más de lo debido con la eficiencia- y la lógica o el sentido común.
En cuanto a los temas, no pretendo reducir el espectro a un determinado ámbito, si bien es cierto que por conocimiento, mínimo si quieren, o por proximidad física, la Política -con mayúscula-, el día a día de mi ciudad (Sevilla) y las hermandades serán los más abordados. Todo ello sin distinción de colores ni dejándome llevar por personalismos. Sé que es una meta difícil, pero sólo el tiempo y los comentarios dirán si voy o no por la senda que he marcado.
Por último, intentaré desde mi atalaya ofrecer respuestas y sugerencias a la situación expuesta en la primera línea, expresando ora ideas propias ora comentarios con el sello correspondiente de su autor.
No existe, por mi parte, otra pretensión de dejar volar la imaginación y de intentar crear un foro de intercambio de opiniones y experiencias siempre desde el respeto mutuo.
Alfredo Guardia
Periodista
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