viernes, 15 de junio de 2012

¿Por qué un Corpus excesivo?

La excesiva duración del cortejo del Corpus de Sevilla tiene una sencilla explicación viendo la procesión de principio a fin. Si nos preguntásemos cuál es la motivación que mueve a cada uno a participar en ella no encontraríamos más de tres o cuatro respuestas. Pero lo que no está tan claro es por qué no se realizan modificaciones para reducir el cortejo. Desde el primer niño carráncano de la Sacramental del Sagrario hasta el último policía militar que acompaña al escuadrón del ejército desfilan –nunca mejor dicho- miles de personas pertenecientes a diversos estamentos civiles y religiosos. Al margen de las hermandades, que copan buena parte de esa procesión, representaciones de colegios profesionales; políticos; músicos; policías uniformados de gala; seises, canónigos; sacerdotes; diáconos y militares forman parte de un nutrido y colorista cortejo. Solo un dato: este año la Custodia salió de la Catedral en torno a las 11 de la mañana, casi dos horas y media después de arrancar la procesión; de hecho, el primer paso –con la imagen de Sor Ángela (me suena mejor así)- ya había cruzado bajo el dintel de la Puerta de Palos en ese momento. 
Admitamos, como no podía ser de otra manera, la hipótesis de quien participa por una cuestión de fe. No entremos en ese porcentaje. Demos por válida la premisa de que hay hermanos que por su avanzada edad no pueden salir de nazareno y ven en esta procesión una manera idónea de expresar públicamente ese sentimiento de hermandad. Incluso podemos aceptar la voluntad del hermano que viendo frustrada su estación de penitencia por culpa de la lluvia, quiera eliminar ese mal recuerdo.
El excesivo tiempo que emplea la procesión puede tener efectos muy negativos, entre ellos, una reducción paulatina de asistentes y, por ende, la pérdida de protagonismo de un día frente a la víspera. Y esto último sí es preocupante porque en el Corpus –conviene recordarlo- celebramos la presencia de Dios en las calles; lo demás es accesorio. Ahora bien, ¿cómo se podría recuperar la verdadera esencia del Corpus? La limitación en las representaciones de hermandades facilitaría un mejor desarrollo: el estandarte con cuatro varas y un determinado número de parejas. A veces, da la impresión de que contemplamos una pasarela de vanidades en la que no faltan los saludos. Item más, hay quien sale cirio en mano y al finalizar su recorrido se marcha ajeno a todo lo que viene detrás y con prisa por buscar al Señor de La Cena en su regreso a los Terceros. Otra opción podría ser la reorganización de la procesión, de modo que no hubiera tanta distancia entre los primeros pasos o, al menos, algunos tuvieran acompañamiento musical. La tradición no puede ser siempre un paraguas para refugiarse que, además, posibilita por omisión el anquilosamiento de una institución.
No obstante, si el número de participantes en la procesión se mantuviese o aumentase en años venideros, se podría cobrar una limosna de salida para Cáritas u otras obras sociales.
Por cierto, dejo una pregunta en el aire: si la Custodia efectuase el recorrido a través de un pasillo de luz formado por las interminables parejas de hermanos con cirio, ¿participarían más o menos personas en la procesión el siguiente año? Y hablando de paraguas, cierro el mío y me mojo sin ambages: menos.

miércoles, 6 de junio de 2012

¿Por qué un blog?

El porqué de un blog a estas alturas de mi vida no tiene una fácil respuesta. Al menos, eso pienso. ¿O quizá sí la tenga? Puede ser que me haga demasiadas preguntas en temas más o menos banales, del ámbito político, sobre todo, económico y social; de mayor o menor actualidad y casi siempre dentro de la esfera pública. En ocasiones, no encuentro respuesta a tanta incoherencia, en mi opinión, a tanta dejadez; a tanto despilfarro; a tanta ineficacia; a tanta tomadura de pelo a los ciudadanos. No me resigno a pensar que todo ello es fruto de la inaptitud de muchos y de la pasividad de casi todos. No pueden ser solo el infortunio y la torpeza de los dirigentes -sea cual sea el plano al que pertenecen: político, cultural, deportivo, religioso, etc.- los motivos que expliquen, en la mayoría de las ocasiones, el resultado de una nefasta gestión.
No digo que encontrar respuestas sea fácil, más si cabe cuando sólo tenemos una visión muy superficial y desconocemos, aunque podamos hacernos una lígera idea, cuántos y qué intereses se esconden detrás de cada asunto. Existen dos términos que no afloran a menudo en este tipo de hechos como son la eficacia -por cierto, se confunde más de lo debido con la eficiencia- y la lógica o el sentido común.
En cuanto a los temas, no pretendo reducir el espectro a un determinado ámbito, si bien es cierto que por conocimiento, mínimo si quieren, o por proximidad física, la Política -con mayúscula-, el día a día de mi ciudad (Sevilla) y las hermandades serán los más abordados. Todo ello sin distinción de colores ni dejándome llevar por personalismos. Sé que es una meta difícil, pero sólo el tiempo y los comentarios dirán si voy o no por la senda que he marcado.
Por último, intentaré desde mi atalaya ofrecer respuestas y sugerencias a la situación expuesta en la primera línea, expresando ora ideas propias ora comentarios con el sello correspondiente de su autor.
No existe, por mi parte, otra pretensión de dejar volar la imaginación y de intentar crear un foro de intercambio de opiniones y experiencias siempre desde el respeto mutuo.
Alfredo Guardia
Periodista