viernes, 10 de mayo de 2013

Una fecha desafortunada


Debo admitir que desconozco el motivo de la elección del 11 de mayo para la salida extraordinaria de nuestra patrona. No solo pongo el foco sobre el Arzobispado porque considero que desde los medios de comunicación tampoco se ha prestado tanto interés al acontecimiento como al magno viacrucis de febrero -aunque ambas citas respondan al año de la Fe que celebra la Iglesia en este 2013-. ¿Por qué esta fecha? Se enmarca esta procesión en plena vorágine rociera y a escasos días de la salida de las hermandades de la capital hacia la aldea almonteña. ¿Acaso no se conocía qué día se celebra Pentecostés? ¿Será porque mayo es el mes dedicado a María? Demos por bueno este razonamiento, pero ¿por qué un sábado? Ítem más, ¿no congregaría más devotos, cofrades y público en general un rosario vespertino? Tengo la sensación de que no existe el ambiente deseado que la ocasión merece. Esta semana, en los medios, se ha hablado de la composición del cortejo y poco más. Se le ha dado el mismo espacio que a la presentación de las portadas del Corpus. Incluso la recuperación de la salida de la custodia del Salvador sobre el magnífico paso de plata de Pasión –el próximo 3 de junio- ha tenido más eco. En este sentido, me atrevería a decir que muchos sevillanos estan desorientados con esta procesión y que buena parte de la ciudad se sorprenderá mañana si a esa hora transita por el entorno de la Catedral por la presencia del característico palio de tumbilla. En definitiva, un acto que ya quedó ensombrecido cuando se anunció en rueda de prensa junto al resto de actividades que conmemoran el año de la Fe y que no ha suscitado más interés conforme se acercaba la fecha. Desde luego, si en los pueblos del Aljarafe, donde existe bastante devoción por la Virgen de los Reyes, no llegado por un motivo u otro esta convocatoria, el ambiente puede ser más frío que de costumbre. Quizá haya faltado una mayor intervención por parte del Consejo de Hermandades para “avivar” –digámoslo así- todo lo concerniente a la procesión. Por lo menos, no se espera lluvia; de lo contrario más de uno querría desaparecer.

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