lunes, 17 de junio de 2013

No hay dos sin tres

Son las 23.15h de un domingo de junio. Una hora, en principio, ideal para regresar de las playas del litoral onubense. Pero no es así. Hablamos de la A49 y eso lo dice todo. Una autovía, que bautizaron del V Centenario, que cuenta con dos carriles para cubrir un trayecto de apenas 80Km entre Sevilla y Huelva. Con una mediana lo suficientemente grande, ¿nadie pensó en crear uno o dos carriles en ese espacio invadido por grandes adelfas? ¿Por qué no se hizo entonces? ¿Fue el siempre recurrente argumento de la falta de financiación o que la autovía debía estar lista antes de la Exposición del 92?
Retomemos la historia apuntada en las primeras líneas. A 50Km de Sevilla se producen las primeras retenciones, que luego serían kilométricas, y las frecuentes e indeseadas paradas. ¿Solución? Buena dosis de paciencia y la compañía de la radio -el pasaje dormita- porque lo peor está por llegar.
A 19Km de la capital, el firme se ensancha, pero sólo es un espejismo porque comienza un tramo de unos diez kilómetros y con limitación de velocidad de 80Km/hora -esto es lo de menos pues en esos momentos si uno circula a la mitad ya es un éxito- y cuando por fin la autovía se extiende con tres carriles, pasamos junto al hospital de San Juan de Dios y en pocos instantes se divisa la ciudad. Poco consuelo.
Aún recuerdo en mi etapa radiofónica el tesón de un ciudadano de a pie al abanderar, hace una década, una plataforma para que la autovía tuviera un tercer carril a la altura de la Pañoleta (Camas) y se eliminara el eterno cuello de botella que allí se originaba día tras día. Tan solo había que ensanchar un tramo de 200 metros y, sin embargo, costó Dios y ayuda que las administraciones se tomaran en serio el asunto y decidieran por fin intervenir. Si aquella obra se eternizó y eran -reitero-200 metros, podemos imaginar cuánto tardarán en concluir estos 20Km. No pensemos en extender el proyecto hasta el final porque suena a quimera a esta hora de la noche.
Por cierto, ¿tan caro resulta para las arcas del Estado adelantar a estas fechas la operación de la DGT que consiste en habilitar un carril del sentido contrario para aliviar el tráfico de entrada a la capital? Más aún, ¿no se podría prolongar ese servicio hasta bien entrada la noche para hacerlo realmente eficiente?
Nada nuevo bajo el sol. Este mismo problema de embotellamiento se produce a diario en el puente del V Centenario porque una mente privilegiada pensó que si se circulaba por la SE30 con tres carriles no pasaría nada por reducir uno en cada sentido en ese punto. Después, la improvisación del carril reversible, los proyectos de ampliación del puente y del soterramiento de un nuevo tramo bajo el Guadalquivir... El resultado ya lo conocen.

viernes, 7 de junio de 2013

¿La Justicia está realmente ciega?

¿Qué quieren que les diga? A estas alturas de la vida, me siguen chirriando las etiquetas "progresista" y "conservadora" cuando se refieren a los magistrados. ¿Por qué utilizar esos calificativos y no hablar de un partido político u otro? Así, sin eufemismos. Total... Esta reflexión viene al hilo de la renovación parcial del Alto Tribunal, que como resultado -noticia difundida hoy en todos los medios- ha dibujado un escenario de corte conservador. ¿En qué se traduce esto? En la práctica, todas las decisiones polémicas que debe dirimir el Constitucional (aborto, Cataluña, el euro por receta...) es muy probable que coincidan con los postulados del actual Gobierno. ¿Qué mensaje estamos trasladando entonces a la opinión pública si antes del fallo podemos vaticinar su resultado con escaso margen de error? ¿Acaso no nos enseñaron -y nos repiten hasta la saciedad- que la Justicia es independiente y que los tres Poderes están plenamente divididos? ¿Qué confianza podemos tener en los magistrados si las decisiones de cada uno de ellos -oh! casualidad- están en clara sintonía con el partido que le "nombra"? Que no pierda tiempo la oposición en presentar recursos en el Constitucional. Al menos, así evitarán agrandar el problema de la lentitud en la judicatura, con todas sus sedes saturadas o al borde del colapso. Mucha reformas laborales y educativas, pero en materia judicial también hay demasiada tela que cortar.