viernes, 7 de junio de 2013

¿La Justicia está realmente ciega?

¿Qué quieren que les diga? A estas alturas de la vida, me siguen chirriando las etiquetas "progresista" y "conservadora" cuando se refieren a los magistrados. ¿Por qué utilizar esos calificativos y no hablar de un partido político u otro? Así, sin eufemismos. Total... Esta reflexión viene al hilo de la renovación parcial del Alto Tribunal, que como resultado -noticia difundida hoy en todos los medios- ha dibujado un escenario de corte conservador. ¿En qué se traduce esto? En la práctica, todas las decisiones polémicas que debe dirimir el Constitucional (aborto, Cataluña, el euro por receta...) es muy probable que coincidan con los postulados del actual Gobierno. ¿Qué mensaje estamos trasladando entonces a la opinión pública si antes del fallo podemos vaticinar su resultado con escaso margen de error? ¿Acaso no nos enseñaron -y nos repiten hasta la saciedad- que la Justicia es independiente y que los tres Poderes están plenamente divididos? ¿Qué confianza podemos tener en los magistrados si las decisiones de cada uno de ellos -oh! casualidad- están en clara sintonía con el partido que le "nombra"? Que no pierda tiempo la oposición en presentar recursos en el Constitucional. Al menos, así evitarán agrandar el problema de la lentitud en la judicatura, con todas sus sedes saturadas o al borde del colapso. Mucha reformas laborales y educativas, pero en materia judicial también hay demasiada tela que cortar.

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