viernes, 4 de octubre de 2013

¿Urbanismo a la carta?

Debo confesar que el pasado lunes, casi por azar, confirmé un presentimiento que rondaba por mi cabeza desde que comenzaron unas obras de pavimentación en la céntrica calle Antonia Díaz. Aquellos trabajos concluyeron con la ampliación de buena parte de su acerado en detrimento de unas cuantas plazas de aparcamiento –regulado, eso sí-. Se da la circunstancia de que en ese tramo, que es el más próximo a Adriano, conviven dos conocidos restaurantes. Ni sobran esas plazas, como pueden imaginar, ni estamos hablando de una vía tan intransitable que motive esa ampliación en beneficio del peatón. En nada se parece a otras –seguro que algunas de esas calles tiene usted en mente- en las que el ciudadano de a pie, de manera inevitable, se convierte en un funambulista que cambia el alambre por el bordillo, como sucede en Águilas, cuando, en un alarde de heroicidad, nos empeñamos en alcanzar la Alfalfa desde la Plaza de Pilatos. Ni qué decir tiene cuando la lluvia también quiere ser protagonista y los paraguas rozan los coches en más de una ocasión…  
Pero regresemos al Arenal. Pasado un tiempo prudencial desde el fin de aquellas obras, ese nuevo acerado se ha llenado por primera vez de veladores; se han colocado además unos toldos y grandes faroles de estilo "fernandino"
en las fachadas de ambos establecimientos.
Ahora bien, ¿era necesario que el Ayuntamiento hiciera esos trabajos de pavimentación con bolardos incluidos? ¿Es solo fruto de la casualidad que los restaurantes se hayan visto favorecidos con la obra? ¿Tenían previsto antes de ese proyecto sacar las mesas a la calle? Desde luego, las tasas por veladores no compensarían el dinero invertido. Según anunció el gobierno municipal el pasado mes de diciembre, el metro cuadrado de velador en categoría especial se paga a 37,40 euros -en Madrid hay que abonar 108,80 euros; en Bilbao 59,15 euros y en Málaga 92,33 euros-. Si ambos restaurantes colocan cinco o seis mesas y calculando que cada una de ellas con sus cuatro sillas correspondientes ocupan unos dos metros cuadrados… Hagan números.

Por cierto, la calle Jesús del Gran Poder lleva en obras desde hace unas semanas y el plazo estimado de ejecución es de siete meses o lo que es lo mismo la finalización coincidirá con la próxima Semana Santa. Pero seguro que el viernes de Dolores estará abierta al tráfico aunque haya que doblar turnos y como consecuencia abonar más dinero que el presupuestado. El tiempo dirá.

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