jueves, 29 de mayo de 2014

Por qué no un Pompidou?



No busco con esta reflexión personal prender la mecha de la confrontación provincial –tarea fácil, casi siempre, por culpa de absurdos localismos-. Si acaso, despertar conciencias entre la clase política y la sociedad civil sevillana. No piensen que el deseo de arrebatarle a Málaga el proyecto de convertirse en la primera sede europea del prestigioso museo parisino Pompidou es el fin último de este artículo. Pero he leído una noticia en El Mundo que me ha provocado sorpresa y sonrojo a partes iguales: “El Ayuntamiento de Málaga firma un convenio con el Gobierno ruso para abrir el edificio de Tabacalera como pinacoteca a principios de 2015”. En primer lugar, al conocer el escenario escogido para ese museo estatal, he pensado al instante qué suerte tan dispar han tenido las fábricas tabaqueras sevillana y malagueña. Aquí se ha presentado un proyecto después de muchos años de indefinición para los terrenos de Altadis en los Remedios aunque del papel a la realidad  hay un largo camino, que en la mayoría de los casos confluyen en el mismo punto de partida. Dicho de otro modo: en Málaga, iniciativas culturales de esa relevancia se disputan la ubicación y en nuestra ciudad tenemos enormes edificios emblemáticos e históricos que no cuentan para nada. El mundo al revés. Tenemos una valiosa oferta, pero no debe ser tan atractiva para los inversores privados o las instituciones públicas. Ahí está la fábrica de Artillería, el antiguo parlamento andaluz y así, una lista interminable…
En estos momentos, la crisis económica proporciona la coartada perfecta para dejar en el aire el futuro de esos inmuebles. La mayoría de ellos requieren una importante inversión. No obstante, ésa es la clave: inversión y no un gasto porque la apertura de estos edificios con contenidos de diversa índole podría redundar en beneficios importantes para la ciudad. En todo caso y ya que he mencionado el gasto, ¿no supone un despilfarro el dinero público (vigilancia, seguros…) destinado a algunos de ellos, como la comisaría de La Gavidia o el antiguo  mercado de la Puerta de la Carne, para tenerlos cerrados? Y ello sin contar con el deterioro continuo que sufren por el paso del tiempo y la falta de intervención, sin olvidar la imagen de abandono que ofrecen.
Tampoco sería de recibo que un ayuntamiento pagará una cantidad desorbitada por hacerse con una determinada oferta cultural, ya sea en dinero montante y sonante ya sea vía rehabilitación de edificios y que sea otro quien lo gestione. Ni lo uno ni lo otro, pero en un término medio podríamos hallar la respuesta.