miércoles, 28 de octubre de 2015

¿Necesidad u 'ombliguismo'?

Por si no le costara a San Pablo despegar definitivamente, las recientes declaraciones del alcalde de Sevilla sobre la “prioridad”, frente a otras inversiones, de unir la terminal de vuelos malagueña con la estación del Ave María Zambrano, precisamente, no le ayudan, aunque esa conexión podría contribuir a aumentar la llegada de turistas desde la Costa del Sol a la capital andaluza –motivo esgrimido por Juan Espadas para formular esa petición, cuanto menos sorprendente-. Sin entrar en la idoneidad o no de esa infraestructura -cada administración debe defender sus intereses- el objetivo del primer edil sevillano debería ser conectar la estación de Santa Justa con el aeródromo hispalense, sin menoscabo de que pueda mostrar públicamente su apoyo a la reclamación de nuestros vecinos. Ítem más, la demanda de inversión no implicaría ir contra las peticiones de otras provincias puesto que son proyectos complementarios que pueden beneficiar a ambas ciudades.

Llaman la atención afirmaciones de este calado justo cuando el aeropuerto de San Pablo, como publicaban este martes los compañeros de El Correo de Andalucía, sondea 40 ciudades en las que abrir nuevas rutas directas y afronta la temporada de invierno rozando las mejores cifras de su historia http://elcorreoweb.es/sevilla/el-aeropuerto-sondea-40-ciudades-en-las-que-abrir-nuevas-rutas-directas-XN942990Expectativas que, no obstante, seguirían encontrando en la conexión de la terminal con la ciudad un obstáculo más para la implantación y consolidación de esos destinos. No en vano, en materia de transporte público la falta de alternativas al autobús, con frecuencias de paso con mucho margen de mejora, convierten a este medio en la única opción frente al taxi.Si dejamos a un lado, por motivos obvios, Madrid y Barcelona, que juegan en otra división -por Barajas y El Prat transitan unos 90 millones de pasajeros al año-, el aeropuerto de Manises (Valencia), con cifras similares a San Pablo, dispone de Metro y el malagueño Pablo Picasso, de un servicio de Cercanías y varias líneas de autobuses.

En este sentido, resulta extraño que el aeropuerto sevillano, teniendo en cuenta que está situado a tan solo 10 kilómetros al nordeste de la capital, como subraya AENA en su página web, no disponga de trazado férreo a Santa Justa. ¿Nadie ha reparado en lo cerca que se encuentran ambas estaciones? ¿Qué ciudad no querría tener conectado aeropuerto y Palacio de Congresos? Y más aún cuando Fibes dispone de un importante aforo, se apuesta de manera firme y decidida por el turismo congresual y existe una estación de Renfe justo a su lado. Si el único problema es la elevada inversión que lleva aparejada la implantación de la alta velocidad, se podría apostar por el sistema de Cercanías. Para una distancia tan corta, trenes de media distancia y con una adecuada frecuencia suplirían con creces esa ancestral carencia y para nada reñida con las demandas realizadas desde la Costa del Sol.

viernes, 8 de mayo de 2015

¿Por qué tanta desidia?


Reconozco mi perplejidad cada vez que paso por la plaza de la Concordia –y lo hago casi a diario- por el continuo deterioro de la antigua Comisaría de la Policía Nacional y la paupérrima imagen que proyecta sin que nadie lo remedie. Créanme que no me importa tanto quién es el responsable en última instancia de la desidia que provoca que ese amasijo de hierros esté abocado a la ruina. Me es indiferente si el Ayuntamiento es el causante de tal despropósito o debemos mirar a la Junta de Andalucía porque este edificio de La Gavidia es tan solo un ejemplo de otros muchos inmuebles que, con más o menos historia y más o menos valor arquitectónico, sí corren la misma suerte, como la antigua sede del Parlamento andaluz –a escasos metros del citado edificio-, la extinta fábrica de Artillería, la biblioteca municipal de Alfonso XII, el Hospital Militar y el antiguo mercado de la Puerta de la Carne.

Entramos en plena campaña electoral de las municipales –de forma oficial, me refiero- y desconozco si algunos de los candidatos recogen en sus programas un digno destino para esos inmuebles. Sea por sus extraordinarias dimensiones o por la privilegiada ubicación de la mayoría de ellos, bien podrían tener un adecuado uso en lugar de permanecer vacíos y, en el caso de la antigua comisaría de la Policía Nacional, ocasionar importantes gastos, por ejemplo en materia de vigilancia; sin olvidar que el tiempo juega en contra porque a medida que pasen los años el deterioro será mayor por la inacción del gobierno de turno.

Debatamos sobre el destino que pueden tener: ¿equipamientos sociales? ¿Hoteles o establecimientos de hostelería? ¿Centros comerciales?.. Cualquier cosa que reporte al ciudadano beneficios en forma de servicios y, si fuera posible, de ingresos monetarios para las arcas públicas es mejor que tener infravalorado y desaprovechado un extraordinario patrimonio arquitectónico.

¿No se jactan los políticos de decir que escuchan a los vecinos? Debatamos –insisto- los posibles usos o propongan soluciones, pero factibles y con un firme  compromiso de realización. ¡Pero hagan algo!
 
¿No está demostrado que faltan centros educativos en el casco antiguo? San Hermenegildo es una opción… ¿No hacía falta ampliar el Museo de Bellas Artes? La antigua biblioteca de Alfonso XII sería un enclave interesante para albergar salas de exposiciones permanentes y temporales… ¿El enorme inmueble de La Gavidia no podría –si no se encuentra una mejor salida- concentrar todos los servicios administrativos del Ayuntamiento siguiendo la idea que en su momento tuvo Soledad Becerril de construir uno nuevo en el Prado? Por cierto, ¿y destinar esas dependencias al ámbito judicial? Los edificios de los juzgados, como bien saben, se quedaron pequeños hace mucho tiempo y algún que otro problema de espacio resolvería... Soluciones pueden existir muchas. Ahora bien, verdadera voluntad política…


Antigua comisaría de La Gavidia. Foto: C.Prieto

miércoles, 29 de abril de 2015

¿Ampliación horaria o del terreno?


Como era lógico, el debate social acerca de un posible adelanto oficial de la Feria de Abril de Sevilla al viernes previo al lunes del alumbrao sigue dando que hablar –y lo que te rondaré morena-, quién sabe si en un intento de desviar la atención de los temas que realmente deberían preocupar más a los ciudadanos. El caso es que, como siempre, entramos al trapo cuando nos tocan lo más sagrado: las tradiciones. No obstante, puesto que el asunto está encima de la mesa y ya han hablado los principales representantes políticos y del sector turístico, me atrevería a vaticinar que un adelanto del alumbrao no evitaría la pre-feria, todo lo más cambiaría esos días de celebración adelantada de la fiesta del fin de semana –incluso ese viernes se vieron casetas muy concurridas que recordaban a las habituales comidas de empresas- al miércoles o jueves de esa misma semana. Uno de los motivos de que muchos decidan anticipar su particular feria estriba en el hecho de disfrutar de una mayor tranquilidad y evitar las incomodidades del bullicio.

Ahora bien, puestos a debatir sobre el modelo actual de la fiesta, ¿no sería más productivo retomar el asunto de su traslado al Charco de la Pava? Básicamente, por una razón de coherencia: la enorme parcela que actualmente ocupa en Los Remedios está desaprovechada durante todo un año mientras que el escenario que se planteó hace un tiempo es terreno inundable y parece más que propicio para levantar una ciudad efímera.

Cierto es que habría que realizar una importante inversión –no confundamos con gasto- en el Charco de la Pava, pero los terrenos de Los Remedios poseen una enorme potencialidad. Se podrían obtener ingresos importantes con la venta de suelo para edificios de oficinas y pisos de renta libre que se destinarían a sufragar aquella partida y, de paso, evitamos cualquier escenario especulativo. Todo ello, sin menoscabo de reservar el espacio necesario para equipamientos sociales, desde centros educativos y de salud a instalaciones deportivas e incluso un gran parque. Los partidos políticos deberían alcanzar en este punto un gran pacto porque quien ganaría sería claramente la ciudad.

De forma paralela, se satisfaría a la demanda existente de casetas tanto de particulares como de entidades no lucrativas y empresas al tiempo que permitiría al Ayuntamiento incrementar las públicas. Ampliaciones, en todo caso, que se deberían realizar siempre de forma paulatina para que no quedara desvirtuada.

Por último, no conviene olvidar que esos terrenos de Los Remedios dejarían de ser un reclamo habitual para las botellonas.

¿La inversión es elevada? Sí, pero también lo es la losa soportada por la actual Feria en tanto en cuanto tiene hipotecados unos terrenos muy valiosos por culpa de una semana… o diez días, quién sabe…

Recreación en el Charco de la Pava. Fuente:ABC